Libertad Decapitada

Sinopsis y Guión

Relato de los últimos días en la vida del General Josep Moragues, militar que combatió las tropas borbónicas de Felipe V y de su abuelo, el rey Luis XIV de Francia, a lo largo de la Guerra de Sucesión, sufriendo por parte del monarca Borbón español un final estremecedor, a fin y efecto de servir de escarmiento ejemplar para toda la población.

La acción de la película se inicia en febrero de 1715, tras la capitulación de Barcelona y Cardona, últimos baluartes de la resistencia catalana. El general Moragues es requerido a presentarse en Barcelona ante el nuevo capitán general, príncipe Tserclaes de Tilly, nombrado por Felipe V.

Desde su residencia en el Pallars Sobirà, en una escena de amor y emoción, su esposa Magdalena, y él mismo, manifiestan su temor ante las fatales consecuencias que pueda comportar esta orden.

En su cabalgadura de Sort a Barcelona, Moragues se encuentra con antiguos combatientes voluntarios que lucharon bajo su mando, y un herrero que no ha abandonado su trabajo y se dedica a recuperar y fabricar armas de manera clandestina. La última parte del camino la hace acompañado de su fiel ayudante el Capitán Paloma, cabalgando juntos.

Pernoctan una noche en el Monasterio de Sant Miquel del Fai y mantienen una conversación con el abad de Santes Creus, obligado a marchar a Roma por orden de Felipe V.

Al acercarse a la ciudad, encuentran un hombre ahorcado por no respetar el Edicto Real que prohíbe la posesión de armas.

La comparecencia ante Tserclaes es manifiestamente tensa, y éste le ordena presentarse ante él diariamente.

Atenazado por esta decisión del borbónico, y ante el temor que antes o después sea encarcelado, Moragues opta por hacer testamento en favor de su esposa. Para ello visita al notario Rosell, viejo amigo de su familia, que ha adquirido una ligera tendencia filipista. A lo largo de la redacción del testamento, Moragues recuerda -brevemente- acontecimientos de su vida, tanto sentimentales como militares.

Apelando al bien de su familia, el notario trata de convencer a Moragues para que colabore con el nuevo régimen y no tener dificultad alguna para vivir con tranquilidad. Sin embargo, el general se mantiene firme en la convicción de la causa por la que ha luchado, y en su mirada se adivina que ha tomado una decisión.

A pesar de que salir de la ciudad está castigado con la pena de muerte, decide arriesgarse y, acompañado de tres de sus hombres de confianza, embarcarse rumbo a Mallorca, todavía en poder austracista y, confiando en una ayuda inglesa, poder dar un giro al absolutismo borbónico. Con hábitos de frailes, zarpan al amanecer en una pequeña embarcación mercante.

A mitad de la travesía, y tras un tortuoso sueño en el que Moragues recuerda su dramática capitulación de Castellciutat, la indiscreción de uno de sus hombres hace sospechar al patrón que no son frailes sino militares. El miedo al castigo por participar en una operación de tal naturaleza hace que el patrón decida cambiar el rumbo sin que se percaten los viajeros, y gire el timón para volver a Barcelona.

Moragues y los suyos caminan por la playa convencidos de que pisan tierra mallorquina, hasta que, ante ellos, se hace visible la característica silueta del castillo de Montjuic. Se esconden en una cueva y plantean seguir con su plan, esta vez con la ayuda de un pescador amigo del Capitán Paloma.

Pero son traicionados de nuevo, y arrestados por los soldados borbónicos que los estaban esperando en la playa.

Tras ser sometidos a tortura son juzgados, y el ministro de la Junta Interina de Gobierno, Gregori Matas Pujol, mueve los hilos necesarios para que el juez encargado del caso dicte una sentencia ejemplar.

El general Josep Moragues es arrastrado por un caballo por las calles de Barcelona, degollado y descuartizado, y su cabeza colocada en una jaula de hierro en la Puerta de Mar de Barcelona.

Allí permanecerá expuesta para escarnio durante doce años.

Las conmovedoras palabras de Magdalena ponen fin a la narración.

Please complete our lead form.